Seguro que conocen el aforismo: ‘A veces una imagen vale más que mil palabras’. Pues las imágenes de las miniaturas del artista gallego Isaac Cordal cumplen el dicho a rajatabla. ¿Cómo es posible que esculturas tan diminutas transmitan tamaña angustia, opresión y dolor? ¿Y, a la vez, compasión por el ser humano?
Podríamos argumentar los motivos, los porqués, las razones... ¿es precisamente el tamaño? ¿la escena? ¿las expresiones? ¿Qué? Quizás la clave de la atracción de la obra de Cordal consista en descubrirnos a nosotros mismos desde lo alto, desde una perspectiva general y, a veces, en la misma calle. Sin embargo, el trabajo de Cordal tampoco se entiende sin el detalle.
Pero para que cada cual extraiga su propio significado, qué mejor que contemplar una selección de imágenes de las exposiciones que el escultor ha exhibido en diversas ciudades del mundo.
Nos parece reconocer en en el conjunto de la obra de Cordal la alienación del ser humano, inmerso en una maquinaria incontrolable de capital y egoísmo. Impotente y triste ante tal apisonadora... De lo que no hay duda es de la sensibilidad de Isaac Cordal. Y de la compasión y ternura hacia el ser humano.
¿Hay lugar para la esperanza? ¿Una oportunidad para la naturaleza, para el arrebato? De nuevo, juzguen ustedes.
Para más información sobre Isaac Cordal puedes visitar su página. También puedes adquirir su libro.
Podríamos argumentar los motivos, los porqués, las razones... ¿es precisamente el tamaño? ¿la escena? ¿las expresiones? ¿Qué? Quizás la clave de la atracción de la obra de Cordal consista en descubrirnos a nosotros mismos desde lo alto, desde una perspectiva general y, a veces, en la misma calle. Sin embargo, el trabajo de Cordal tampoco se entiende sin el detalle.
Pero para que cada cual extraiga su propio significado, qué mejor que contemplar una selección de imágenes de las exposiciones que el escultor ha exhibido en diversas ciudades del mundo.
Nos parece reconocer en en el conjunto de la obra de Cordal la alienación del ser humano, inmerso en una maquinaria incontrolable de capital y egoísmo. Impotente y triste ante tal apisonadora... De lo que no hay duda es de la sensibilidad de Isaac Cordal. Y de la compasión y ternura hacia el ser humano.
¿Hay lugar para la esperanza? ¿Una oportunidad para la naturaleza, para el arrebato? De nuevo, juzguen ustedes.
Para más información sobre Isaac Cordal puedes visitar su página. También puedes adquirir su libro.
¡Si te gusta el artículo, puedes compartirlo por las redes, be social!